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¿Soy dependiente emocional?

Las personas son dependientes emocionales en cuanto sus necesidades emocionales no se ven satisfechas.

¿Eres dependiente emocional?, ¿te dicen que tienes un trastorno por ello?, ¿Y si parte de la psicología se equivoca?

¿Realmente tiene sentido esta corriente tan de moda entre muchos psicólogos en la que nos dicen que el camino a la "salvación" está en alcanzar la independencia emocional?. Psicólogos del tipo Walter Riso, de estilo de apego inseguro > evasivo, expertos en marketing que copan medios de comunicación y que elaboran principios a su medida, merecen respuesta a sus argumentos en los que promueven la independencia emocional, un amor sin compromiso, un modelo imposible de realizar salvo para personas inseguras que huyen de la intimidad.

¿Y si el problema no es del que se considera dependiente emocional sino del que no es capaz de comprometerse y ser una base de seguridad para su pareja?

Arrojemos un poco de luz y caminemos contracorriente frente a las modas en psicología y autoayuda que tanto daño hacen.

El sistema de apego consiste en un conjunto de emociones y conductas que nos empujan a permanecer junto a nuestros seres queridos para que nos proporcionen seguridad y protección.

Tal y como se utiliza por muchos psicólogos el término de dependencia emocional hacen ver a las personas que son unos enfermos, débiles, faltos de autoestima, y que lo que deben de hacer para alcanzar la felicidad es convertirse en seres independientes y autosuficientes emocionales. Pero ¿tiene sentido una propuesta así?. ¿Te han hecho creer que debes de superar la dependencia emocional convirtiéndote en un ser independiente emocional, en alguien capaz de no depender de otra persona?, bien, si eso así es importante que sepas que ese argumento no se sostiene desde ningún punto de vista científico ni evolutivo y proviene de una perversión y una interpretación retorcida del no apegarse a las cosas (MATERIALES) del budismo.

Vamos a prestar atención al concepto de dependencia emocional con un buen ejemplo para que entiendas fácilmente de qué estamos hablando.

Hubo un concurso de televisión americano en el que diferentes parejas debían de pasar duras pruebas en distintos escenarios del planeta, había una pareja que por todos era considerada la ideal, la formada por Cindy y Jhon: guapos, interesantes, inteligentes, y simpáticos.

Dada la intensidad de los retos, detalles de su relación iban aflorando, él pertenecía claramente al estilo de apego evasivo. Al parecer la chica quería casarse, pero a su novio no le atraía la idea. Él valoraba la independencia emocional y ella deseaba consolidar la relación aumentando el grado de compromiso. En los momentos de máxima tensión durante el programa (a menudo tras una discusión), Cindy necesitaba que Jhon que le tomara la mano. Él se resistía, le parecía un gesto demasiado íntimo y, por lo que se apreciaba, no quería ceder a todos los "caprichos" de ella. Hacía el final del concurso, Cindy y Jhon iban los primeros. Estuvieron a punto de ganar el jugoso premio, pero perdieron justo antes de llegar a la meta.

Durante la entrevista de la gala final les preguntaron si, en retrospectiva, cambiarían algo de su paso por el programa, a lo que Cindy comentó:

Creo que perdimos porque soy demasiado dependiente. Al mirar atrás me doy cuenta de que me excedí en mis demandas. Durante la competición a menudo le pedía a Jhon que me tomara la mano.

No sé por qué me parecía tan importante, pero he aprendido la lección y he decidido dejar de ser así. ¿Por qué sentía tanta necesidad de darle la mano?, fue una tontería. Debería de haber sido capaz de tranquilizarme sin necesidad de recurrir a ese tipo de gestos.

Cindy

Jhon, por su parte, apenas dijo nada:

La competición no se parece en absoluto a la vida real. Ha sido la experiencia mas intensa de mi vida, En el transcurso de la misma ni siquiera teníamos tiempo de enfadarnos. Nos limitamos a correr de una prueba a la siguiente.

Jhon
dependencia emocional

Tanto Cindy como Jhon obviaron mencionar un hecho importante, él se paralizó ante un reto en particular que les obligaba a saltar atados por una cuerda desde un puente, y estuvo apunto de abandonar el concurso. Pese a las palabras de ánimo y aliento de Cindy y a lo mucho que esta se esforzó en tranquilizarlo diciéndole que saltaría con él, el hombre no podía hacerlo. Llegó al extremo de tirar el equipo e irse. Al final reunió el valor necesario para superar la prueba.

Sin embargo por su indecisión perdieron el primer puesto que ocupaban.

La teoría del apego adulto nos enseña que la idea de Cindy de que ella puede y debe controlar sus necesidades emocionales y ser capaz de tranquilizarse sola en situaciones de estrés, es simple y llanamente, FALSA. Dio por supuesto que el problema radicaba en su excesiva dependencia emocional.

Las investigaciones, sin embargo, afirman lo contrario. Vincularse a alguien significa programar nuestro cerebro para que busque apoyo en el otro y se asegure su proximidad, tanto psicológica como físicamente.

Si nuestra pareja no nos tranquiliza recurriremos a las estrategias que hagan falta para asegurarnos esta cercanía. Estamos diseñados para ello.

Si Cindy (estilo de apego ansioso) y Jhon (estilo de apego evasivo o evitativo) aceptaran este principio, a ella no le avergonzaría haber pedido a su novio que le tomara la mano en una situación tan estresante como participar en una competición en un concurso de televisión.

Jhon, por su parte, habría comprendido que el mero gesto de tranquilizar a Cindy podría haberles proporcionado el impulso que necesitaban para ganar el concurso. Así pues, de haber sabido Jhon, que si no respondía de inmediato a las necesidades de ella, la inquietud de su novia se acentuaría y después él tendría que invertir más energía en "apagar el fuego", no habría dudado en tomarle la mano al instante de advertir su nerviosismo, en lugar de esperar a que ella se lo pidiese.

Por si fuera poco, si el chico hubiese estado más dispuesto a aceptar el apoyo de su novia, habría tardado menos en saltar del puente. 

Los principios del apego nos enseñan que las personas son dependientes emocionales en cuanto sus necesidades no se ven satisfechas. En cambio, cuando estas son atendidas, sobretodo si se hace de inmediato, tienden a desviar la atención hacia otros menesteres. En ocasiones, la literatura del apego cita este principio como la PARADOJA DE LA DEPENDENCIA EMOCIONAL:

Cuanto más eficiente es la dependencia emocional mutua de dos personas, más independientes se vuelven y más se centran en sus propias actividades.

En el transcurso del concurso Cindy y Jhon no supieron utilizar su vínculo afectivo en beneficio propio. El sentimiento de culpa que ella exhibió ante la audiencia cuando se acusó a si misma de ser excesivamente dependiente y el desconocimiento de él respecto a la importancia de su papel como figura de apego no deberían sorprendernos. Ni siquiera se les puede culpar por ello.

Vivimos en una cultura que parece desdeñar las necesidades básicas de intimidad, proximidad y, sobretodo, de dependencia emocional, al tiempo que ensalza la independencia. En general, tendemos a compartir esas creencias culturales, pese a lo mucho que nos perjudican.

Veamos otro ejemplo sobre la paradoja de la dependencia emocional

Durante muchos años la corriente predominante en educación predicaba que para que los niños no se volviesen dependientes emocionales de sus padres, para que no fuesen unos "blandos" y lograsen rápido la independencia emocional. Lo que había que hacer era no darles besos, no abrazales ni decirles que se les quería, y no atenderles si lloraban, había que dejarles llorar: "ya se cansará y parará solo, no lo atiendas, que si lo haces llorará para llamar la atención y se convertirá en un tirano", decían.

Bien, cuando a un niño se le niega la atención y el cariño que reclama, cuando no recibe besos y abrazos, cuando no le dicen que le quieren, cuando en definitiva no se atienden sus necesidades emocionales y afectivas y su figura de apego no se comporta como se espera de ella, el niño opta por una de estas dos estrategias:

  • La primera consiste en demandarlo con mayor insistencia, en protestar y en tener miedo y ansiedad ante la separación de la madre. No se quiere separar de su madre porque duda de si le quiere y no desea perderla, le asusta estar alejado de ella por si no vuelve con él, es un comportamiento inseguro provocado por la actitud de una figura de apego que no sabe estar a la altura que le corresponde. 
  • La segunda consiste en tomar una actitud distante y de indiferencia. Ya que a mi no me atienden, y no quiero sufrir por ello, yo tampoco me vinculo. Huyo. Adoptar un estilo de apego inseguro como es el evasivo.

Sin embargo cuando un niño se siente protegido, atendido emocionalmente, y querido, ocurre algo muy curioso: explora el mundo de forma independiente y autónoma!!

Saber que tiene a su figura de apego presente en caso de situaciones estrés y de peligro, y contar con que hay alguien que le atenderá y estará ahí si lo necesita, hace que no se preocupe de esta faceta tan importante de su vida, que no destine recursos y energía a pensar si tiene o no un refugio y apoyo emocional, y se pueda centrar en aprender y en ser autónomo.

Esta es la PARADOJA DE LA INDEPENDENCIA EMOCIONAL, cuanto más seguridad damos a otra persona de que puede depender emocionalmente de nosotros cuando lo necesite, más independiente se vuelve a la hora de explorar el mundo.

De todo esto se deduce algo que te puede chocar debido al bombardeo que sufrimos con este tema de la codependencia:

  • La dependencia emocional no es mala, siempre y cuando elijamos correctamente la persona de la que depender, y será aquella que sea capaz de atenderte y cuidarte como te mereces y siempre que lo necesites.
El punto de partida es la idea de que tú, como persona de estilo de apego ansioso, posees ciertas necesidades muy determinadas en una relación de pareja. Si esas necesidades no son atendidas, no llegarás a ser feliz.

¿Y si no tienes que vencer una dependencia emocional si no a un sistema de apego activado?

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Y si esta carga emocional tan pesada en tu vida la pudieses transformar en algo tan ligero como una pluma
Filosofías como el budismo, entre otras, nos instan a que dejemos de depender de las cosas materiales que nos rodean, y a que los demás dejen de ser necesarios. Abogan por el camino de la independencia absoluta para alcanzar la tranquilidad y la felicidad.