Sobre mi como profesional
Nunca me ha gustado encasillarme como coach, de hecho, la utilización de esa palabra siempre me ha costado, me resulta complejo presentarme como un coach. Y la razón es simple: no me considero únicamente eso y no me gusta esa palabra, se usa para demasiadas cosas, es confusa.
Allá por 2015, el detectar patrones recurrentes en algunas de mis relaciones de pareja, me llevó a indagar sobre el apego emocional en adultos. Gran parte de lo aprendido fue reflejado en este sitio web de Apegos Posibles, y en mi deseo de ayudar a otras personas a entender lo que les sucede en sus relaciones y a escoger una pareja con la que ser felices, realicé un Máster en Coaching en 2018. Así es como, de manera muy resumida, me convertí en un "coach" especializado en el área de relaciones de pareja.
La dificultad que tengo con la palabra 'coach' es que, en mi caso, la percibo como limitante. Desde el inicio, he realizado mucho más que solo coaching. El coaching puro implica que no hay un experto, sino dos mentes al mismo nivel trabajando juntas para que una de ellas alcance su objetivo. Y yo tenía, y tengo, mucho conocimiento adquirido en diferentes ámbitos de la psicología y el desarrollo personal que vuelco en las sesiones, luego no actúo como mero coach.
Si bien me encanta utilizar la metodología del coaching, en mi trabajo también uso continuamente herramientas y principios de la psicología. Esto me permite abordar de manera mas efectiva los desafíos emocionales y personales a los que se enfrentan las personas con las que trabajo. Considero que la psicología aporta un conjunto de técnicas y estrategias muy valiosas que complementan perfectamente el marco de coaching, y viceversa.
El coaching es una herramienta maravillosa, una metodología de trabajo que cualquiera puede usar siempre y cuando la aprenda y practique, no es más que eso. Es una metodología íntimamente relacionada con la psicología (no con el tarot, las constelaciones, bailar alrededor de una hoguera, o los sueños ...) y ahí, de esa relación tan honda con la psicología, nace esa frontera tan difusa.
Psicología vs Coaching
No me interesa participar en esta supuesta competencia entre psicología y coaching porque para mí no existe. Lo que realmente importa es la persona, el profesional, su capacidad, su compromiso, su habilidad, su experiencia, su honestidad y su dedicación, no sus títulos. Y, sobre todo, es vital disfrutar de lo que haces, porque si no disfrutas de tu trabajo, ¿realmente tiene sentido dedicarte a ello?.
Es curioso, porque tengo clientes psicólogos, y ellos no me buscan por una titulación específica, sino por mi experiencia, competencias y conocimientos en el área del apego en adultos, relaciones de pareja y desarrollo personal. Muchos de mis clientes también acuden a psicólogos, y me parece estupendo!. Además, cuando un cliente mío necesita profundizar en su sótano, en lo mas profundo de su infancia o trauma, no dudo ni un segundo en derivarlo a un psicólogo, porque reconozco que esa es una de las áreas en las que son expertos. A mí me interesan las soluciones, no los problemas. Tengo comprobado que hasta que una persona no se decide a tomar perspectiva sobre su problema, a verlo desde arriba o desde lejos, a responsabilizarse de si mismo, y a atreverse a vencer sus miedos, no consigue crecer. No hay nada peor que darle vueltas y vueltas al "mí", al "yo", a lo que me pasó, a por qué me ocurrió. Cuando aceptes que tus circunstancias externas son el resultado de tus decisiones y no culpa de otros, entonces comprenderás las cosas y adquirirán un sentido que te ayudará a progresar, ya que atreverte a cambiar tus decisiones, cambiará tus circunstancias.
El coaching se nutre de herramientas de la psicología y la psicología se enriquece con la metodología del coaching. Sinceramente, para mí, el coaching no es más que una rama del árbol de la psicología. Conozco psicólogos (y coaches) que son auténticos magos en su trabajo, al igual que conozco otros muchos que podrían beneficiarse de algo más de formación y práctica, y sobre todo de mas ética, como sucede en todas las profesiones.
Si utilizo la metodología del coaching y muchas herramientas de la psicología, si a veces me veo, me ven, como coach y otras como psicólogo sin tener un título de eso, ¿entonces cómo demonios definirme?
Ni coach ni psicólogo, ¿entonces qué?
Al final tengo una ecuación de este tipo:
Coaching + Herramientas de psicología + Experto en determinadas áreas del desarrollo humano + Experiencia profesional + Experiencia vital (ya tengo una edad) = ¿?
Creo que el concepto que mejor me puede definir es Mentor. Mentor me gusta mas, algo así como un guía que te acompaña durante una parte de tu recorrido vital en la que estás mas perdido o vulnerable, y que te ayuda a reponer fuerzas, a elegir el camino correcto de la encrucijada, y a tomar impulso para continuar tu viaje hacia una vida satisfactoria.
Mi propio proceso lo veo como una escalera que he ido subiendo. A partir de unas experiencias vitales potentes llega el adquirir amplio conocimiento en el mundo del apego, luego formación como Coach, profundizar en investigación y aprendizaje en herramientas y técnicas de psicología, adquirir experiencia a nivel profesional, y sumarle la experiencia y el poso que te da la vida a los (año actual-1.968) años.