6. ¿De dónde vienen nuestras nociones sobre el amor?
Hasta aquí hemos visto que para atravesar una separación y desaprender los comportamientos adictivos que hacen que te sea muy difícil seguir adelante y dejar ir a tu ex, es importante observar tus pensamientos y reacciones para entender cómo se relacionan entre sí. Seguramente hayas aprendido a identificar las alertas en tus pensamientos, a aplicar la técnica de las tres “D” para ponerlos a prueba y a conectar esas afirmaciones nocivas con tu sistema de creencias más profundo.
Pero, ¿te has preguntado de dónde viene todo esto o cómo lo has aprendido? Es normal que creas que lo que te está sucediendo mientras atraviesas tu separación es simplemente un evento aislado de tu vida. Sin embargo, es muy probable que tenga una conexión con situaciones pasadas que se retrotraen hasta tu infancia.
¿Qué es el apego?
Conocido como una vinculación afectiva intensa, el apego es una noción fundamental en los vínculos de pareja. No por nada este sitio se llama Apegos Posibles. Es algo que aprendemos de forma tan inconsciente en nuestra primera infancia que es difícil reconocer hasta dónde incide en la vida adulta.
A continuación, vamos a ahondar en qué es el apego, cómo se origina y qué tipos existen. También veremos cómo se conectan el apego en la infancia y el sistema de creencias con lo que esperamos de una relación de pareja. Para eso te vendrá genial el ejercicio del final.
El apego en la infancia
Desde el momento en que llegamos a este mundo, conocemos lo que nos rodea e interactuamos con nuestro núcleo familiar y en la escuela, comenzamos a sacar conclusiones acerca de quiénes somos y de las personas a nuestro alrededor. Esa información se vuelve un lente a través del cual interpretamos la vida.
En otras palabras, formamos nuestro propio sistema de creencias en cada etapa de socialización de la vida. Algunas nociones se van modificando, naturalmente, a medida que crecemos. Pero aquellas relacionadas al amor tienen raíces mucho más profundas.
El amor es mucho más que un sentimiento de afecto hacia una persona. Piénsalo de esta forma: cuando naces no puedes auto satisfacer tus necesidades básicas. Necesitas de alguien más que te alimente, te cambie, te limpie. Es decir, que te mantenga con vida hasta que puedas valerte por tu cuenta. Lo que necesitas, en esencia, es que alguien te ame lo suficiente para que puedas sobrevivir.
Dado que el amor es una necesidad tan profunda, que se construye desde el día en que naces, tus vivencias en torno a ello tienen una influencia enorme en tus creencias más profundas acerca de tí y de otras personas en relación a los lazos afectivos.
Hasta aquí, está muy bien. Pero, ¿cómo se conecta esto con como te sientes hoy, luego de tu separación y en relación a tu ex? Cada situación en la que hayas sentido falta de amor, inseguridad o riesgo en tu infancia, está grabada a fuego en tu sistema de creencias y hará que te sea difícil sentir confianza e intimidad en las relaciones de tu vida adulta.
Para entender esto mejor, vamos a ver algunos tipos de apego relacionados a experiencias de la infancia. Algunas de tus vivencias pueden haber sido más dolorosas que otras. Si sientes que esto te abruma, intenta tomar distancia, como si te observaras desde afuera.
Tipos de apego en la infancia
Estudios realizados en las décadas del ‘60 y ‘70 han demostrado que las interacciones en el núcleo familiar, sobre todo con padres y madres, inciden en las experiencias adultas de cercanía y vínculo emocional con otras personas.
Si has podido depender de tus padres para cubrir tus necesidades básicas en tu infancia y, por ende, has construido una relación de amor sana con ellos, entonces has experimentado un apego seguro. Es lo que sucede en un ambiente ideal, donde confías en que tus padres volverán por tí cuando se van o que siempre estarán allí para cuidarte y ayudarte. Un entorno así se traduce en un sistema de creencias basado en el amor propio, la seguridad y la autoconfianza.
Sin embargo, muchas personas no hemos vivido en esta clase de entorno familiar idílico. Tal vez tus padres hayan sido más inconsistentes en lo que refiere a tus necesidades: en ocasiones han estado ahí para tí y otras no. Esto genera un tipo de apego ansioso, que te predispone en la vida adulta a dudar acerca de si otras personas podrán amarte cómo lo necesitas, si estarán para tí en los momentos importantes. Al mismo tiempo, te deja anhelando esa intimidad y ese amor que por momentos no tuviste.
Si has vivido en un entorno familiar donde tus padres nunca estaban disponibles para tí, eran distantes y no podían responder a tus necesidades lo más probable es que tengas un tipo de apego evitativo en tus relaciones adultas. En estos casos, la intimidad y la cercanía con otras personas se vuelven intolerables o se viven como una pérdida de independencia.
Por último, si tus padres han sido distantes en ciertos momentos y en otros han podido cubrir tus necesidades, entonces tal vez hayas formado un tipo de apego que combina elementos de los anteriores y se llama apego desordenado. Esto puede hacer que en tus relaciones adultas actúes de forma dependiente por momentos y evasiva en otros.
Las nociones del amor en la cultura
Además del núcleo familiar, cuando crecemos empezamos a tomar consciencia de la cultura en la que vivimos, que incluye valores, costumbres y normas de comportamiento.
A lo largo de tu vida, además, quizás te hayas relacionado con otros tipos de culturas o esferas –religiosas, artísticas, políticas, de clase o condición social– que tenían sus propios valores sobre la vida y las relaciones. Desde rasgos del carácter, nociones de belleza, características demográficas o hasta orientación sexual, en las esferas de la cultura también se construyen nociones sobre el amor y los vínculos de pareja.
Una forma clara de verlo es prestar atención a los productos culturales masivos, como el cine de Disney. El clásico cuento de la doncella y el príncipe azul que llega para salvar su vida, por ejemplo. ¿Te has parado a pensar cuánto influyen estas ideas en lo que esperas del amor? Como que es para siempre y que existe una persona ideal para tí que está allá afuera esperándote para vivir felices y comer perdices. Estas nociones no sólo alteran la percepción objetiva del amor sino que nos hacen creer que para encontrar pareja debemos cumplir con ciertos estándares de belleza, juventud, sensualidad y éxito personal.
Los mensajes culturales que experimentamos a lo largo de la infancia, en los cuentos, el cine, la religión, los deportes, etc., son sumamente importantes porque desde muy temprana edad los hemos creído ciertos a nivel inconsciente sin considerar si realmente eran válidos, alcanzables o coherentes con nuestra realidad.
Sumado a esto, no es frecuente encontrar representaciones de relaciones duraderas reales, con todo lo que eso conlleva, en medios masivos o en otros productos culturales como películas o programas de televisión. Tampoco es común que en estas instancias se hable sobre los problemas de pareja o la infidelidad sin caer en el sensacionalismo.
Como consecuencia, nos cuesta entender que la persona que amamos pueda pensar en acostarse con otras o que esté teniendo dudas sobre la relación o simplemente tenga dificultades para vincularse emocionalmente. Todo esto puede hacernos creer que no somos suficientes y que si no encajamos en los estándares culturales o heteronormativos del amor nadie nos va a querer.
Para comenzar a derribar estas nociones, y trabajar sobre el aprendizaje del apego en la infancia, te propongo el ejercicio a continuación. Puedes agregarlo a tu diario o cuaderno de manera que refleje tu progreso a través de esta guía.
Ejercicio práctico: tu camino de aprendizaje sobre el amor
Nociones de amor en la infancia
Para esta parte sólo necesitas rememorar tu infancia y reflexionar acerca de lo que has aprendido en ese tiempo. Haz un recuento detallado que incluya:
- cómo estaba compuesta tu familia,
- quiénes te cuidaron o acompañaron más allá de tu familia más cercana,
- con qué miembros de tu familia deseabas conectar pero no podías porque habían muerto, estaban lejos o simplemente no hacían el esfuerzo para estar contigo.
Luego, describe tu entorno: cómo era y cómo se sentía tu hogar, cómo se comportaban tus padres contigo, si estaban disponibles cuando los necesitabas, si sentías que tenían expectativas sobre lo que tú debías ser o como debías comportarte o incluso si has sufrido alguna situación más compleja, de abuso o violencia.
Una vez que escribas esto, hazte la siguiente pregunta: ¿qué cosas aprendí sobre mí y sobre las demás personas a partir del entorno familiar en el que crecí? Algunas creencias profundas que se forman en entornos familiares difíciles, suelen ser:
- Soy imposible de amar.
- Algo está mal conmigo, estoy roto/a.
- El amor se gana, no se da incondicionalmente.
- La gente te traiciona, no se puede confiar en nadie.
- Siempre me abandonan.
¿Te identificas con alguna de estas ideas? ¿Puedes pensar en otras nociones sobre el amor que has aprendido en tu infancia, con tu familia? Por ahora no vamos a juzgarlas, seguiremos avanzando en otros aspectos para finalmente llegar a las conclusiones.
Nociones de amor en la cultura
De la misma manera, reflexiona acerca de tu aprendizaje cultural en tu infancia. ¿Cómo era la cultura en la que creciste? ¿Qué era lo que determinaba el valor de una persona en ese entorno? ¿Qué valores tenían mayor peso sobre otros? ¿La belleza, el aspecto físico, el éxito personal o económico, la inteligencia? ¿Qué opiniones circulaban sobre el divorcio o la separación? Considera todo lo que creas relevante para determinar que una persona fuera vista como valiosa, insignificante o juzgada por el resto.
A continuación, pregúntate que enseñanzas te ha dejado todo esto sobre tí y sobre las relaciones de pareja. Pueden ser frases como:
- En las relaciones, dos personas se fusionan en una.
- Sólo hay una persona indicada para mí.
- Sin una pareja no soy nada.
- Mi valor depende de factores externos, como cuánto dinero gano o cómo me veo.
- Para encontrar una pareja y retenerla, debo ser mejor que los demás.
- Si mi relación falla, decepcionaré a mis padres o a mi comunidad.
Reflexiona sobre estas nociones si es que te resuenan, o escribe otras que sean más cercanas a tu experiencia.
Nociones de amor de tus pares
Puedes seguir profundizando en este ejercicio con una capa más: un recuento de las nociones sobre el amor que has aprendido por medio de tus pares: amigos, amigas, compañeros de trabajo, de la uni, parejas que has tenido, etc.
¿Cómo te sentías en la escuela en relación al resto? ¿Recuerdas alguna situación difícil o de bullying? ¿Tenías algún mejor amigo o amiga? ¿Confiabas en ellos? ¿De qué manera se demostraban afecto? ¿Han tenido alguna discusión o pelea?¿Cómo te ha afectado? ¿Qué idea tenían tus amigos sobre el amor y las relaciones de pareja?
Luego, piensa en tus primeras relaciones: ¿quién fue la primera persona de la que te enamoraste? ¿Cómo la describirías? ¿Qué era lo que te gustaba de ella? ¿Encuentras alguna relación entre esas cosas y lo que buscas en tus parejas ahora?
Describe todo lo que puedas sobre tus pares, tus amistades y relaciones pasadas y pregúntate qué cosas has aprendido sobre el amor en estas interacciones. Algunas creencias frecuentes que pueden surgir de sentir inseguridad, incomodidad o que no te han querido, pueden ser:
- No soy tan buena como otras personas.
- Tengo que hacer que los demás me quieran para tener valor.
- Abrirse demasiado a los demás puede ser peligroso.
- Los hombres siempre me usan y se aprovechan de mí.
- Las mujeres siempre me usan y se aprovechan de mí.
- Las parejas son siempre infieles.
Estos son algunos ejemplos, pero al igual que en los casos anteriores, registra aquellas cosas que sean propias de tu experiencia y de tu propio aprendizaje. Reflexiona sobre lo que es único para tí en base a lo que has vivido.
Conclusiones
Cuando hayas hecho tu recuento de situaciones y aprendizajes sobre el amor en cada etapa, tómate un momento para reflexionar. ¿Qué conclusiones has ido acumulando a lo largo de tu vida? ¿Qué resultados te han dado? Más allá de lo que sientas, debes saber que esas conclusiones nunca serán cien por ciento verdaderas: sí, algunas personas no son confiables, pero otras lo son. Tal vez algunas personas te hayan sido infieles, pero pueden haber otras que no lo serán. Incluso si crees que nadie te ama o que no mereces amor debes saber que eso no es cierto y nunca lo fue.
Cuando veas estas red-flags o alertas dentro de tu sistema de creencias recuerda que esas conclusiones no son del todo correctas ni te sirven de ayuda, aún cuando parezcan coherentes porque las has aprendido así desde tu infancia, porque están en la cultura o porque las has compartido con tu núcleo más cercano.
Para terminar, reflexiona acerca de cómo las conclusiones que has ido acumulando en tu infancia para armar tu sistema de creencias han predispuesto tu funcionamiento en las relaciones de pareja a lo largo de tu vida, y en la que acabas de terminar. Cuanto mayor sea tu consciencia sobre esto más fácil te será cambiarlo y tendrás más herramientas para reemplazar las creencias erróneas con verdades más acertadas y útiles sobre tí, sobre otras personas y sobre tus relaciones de pareja.