Terapia de pareja en línea en México

Si estás en México y buscas terapia de pareja, aquí lo trabajamos por videollamada. Da igual en qué parte del país estés, no necesitas desplazarte.
Cuando ya no podéis seguir igual
Ya no sabéis cómo hablar sin heriros.
Lo intentáis una y otra vez.
Pero siempre acaba en lo mismo:
uno se siente culpable,
el otro se siente lejos.
Habéis hablado hasta cansaros.
También os habéis callado demasiado.
Perdonasteis sin confiar.
Seguisteis sin querer del todo.
A veces os abrazáis y parece que todo está bien.
Y en ese instante aún hay algo vivo.
Pero enseguida vuelve el peso, la rutina, el miedo.
Esto no es una terapia para aprender a hablar mejor.
Ni para maquillar lo que ya no funciona.
Es un espacio para mirar de frente lo que duele,
y para abrir la posibilidad de algo distinto:
encontrar si todavía hay un lugar donde apoyarse juntos…
o reconocer que lo más honesto es dejarlo ir.
Sin excusas.
Sin adornos.
Con la calma de saber que no tenéis que decidirlo solos,
y de que a veces sí se puede empezar de nuevo,
pero desde un lugar más verdadero.
No es terapia al uso. Es otra cosa.
Aquí no vas a encontrar ejercicios de comunicación.
No voy a pedirte que anotes tus emociones.
Ni que pruebes a hablar “con más empatía”.
Eso ya lo intentaste.
Y si funcionara, no estarías leyendo esto.
Lo que hacemos aquí es distinto:
mirar lo que duele sin maquillarlo,
nombrar lo que ninguno de los dos se atreve a decir,
y dejar claro qué pasa cuando se pone todo sobre la mesa.
No vengo a convencerte de salvar la relación.
Tampoco de dejarla.
Vengo a que mires lo que evitas,
y decidas sin miedo,
sin quedarte girando en círculos.
Cuándo sirve y cuándo no
Sirve cuando ya no sabes por qué sigues juntos.
Cuando todavía hay cariño, pero al mismo tiempo hay cansancio, discusiones que empiezan por nada o silencios que pesan más que cualquier pelea.
Sirve si lo intentaste todo:
hablar hasta la madrugada para aclararlo,
callarte para no volver a empezar,
perdonar una infidelidad aunque no confíes,
volver a intentarlo “por los hijos”,
prometer que ahora sí va a ser distinto.
Y aun así vuelves al mismo punto.
Sirve si todavía quieres cuidar lo que queda, pero ya no desde la rutina, la culpa o el miedo a estar solo.
Si quieres claridad para decidir si hay algo vivo todavía… o si lo que queda es aprender a soltar.
No sirve si esperas que el otro cambie sin mover tú nada.
No sirve si buscas una receta para llevarse mejor, o una terapia que te distraiga con ejercicios para sentirte tranquilo sin tocar lo que de verdad duele.
Aquí no se trata de que todo vuelva a ser como antes.
Se trata de mirar lo que hay sin adornos y sin disfraces.
Y desde ahí, sostener lo que todavía tiene raíz…
o dejar ir lo que solo se mantiene en pie por costumbre o por miedo.
En cualquiera de los dos casos, no tenéis que cargarlo sin ayuda: en sesión lo trabajamos juntos, paso a paso, sin fórmulas vacías y sin juicios.
A veces, cuando todavía queda amor de verdad y ambos estáis dispuestos a miraros sin disfraz, la terapia abre un espacio que sorprende. No devuelve lo que se perdió, pero sí puede reconstruir algo nuevo, más real que lo que había antes. Eso ocurre cuando los dos quieren estar, aunque cueste.
Pero también hay que decirlo: si uno ya no quiere, si lo único que sostiene es el miedo, entonces no hay técnica que lo salve. La diferencia no la marca la terapia. La marca lo que aún queda vivo entre vosotros.
En ocasiones hace falta verlo explicado con calma: cuándo la terapia de pareja puede servir de verdad… y cuándo no va a cambiar nada. Lo escribí aquí. → Cuándo la terapia de pareja sí ayuda y cuándo no
Cómo son las sesiones
No tienes que venir preparado.
No hay guion, ni tarea para casa.
La sesión empieza con lo que traes tal cual: el cansancio, la duda, la bronca o el silencio.
A veces hablamos los tres (cuando viene la pareja).
A veces uno calla y el otro se desborda.
O uno de los dos decide entrar solo.
Yo no decido por ti.
No te doy consejos fáciles.
Lo que hago es poner orden en medio del caos:
sacar a la luz lo que no se está diciendo,
sostener la tensión sin suavizarla,
y abrir el espacio para que la decisión deje de estar en pausa.
Puede incomodar, pero no es un castigo.
Es un espacio para decir lo que normalmente se evita,
y para encontrar, aunque pese, la claridad que hasta ahora no aparecía.
Cómo se empieza la terapia de pareja (y por dónde se sigue)
A la terapia de pareja se entra por el Servicio técnico del alma.
Ahí se ve si el vínculo tiene arreglo o si lo que toca es cerrar.
Desde ahí, el camino se bifurca:
si hay base y queréis probar de verdad → Tres semanas de presencia,
si ya está claro pero cuesta soltar, o vienes solo → Frente al miedo.
Si decides moverte, esto es lo que hago.
Esto no va de hablar.
Va de mover.
Y para eso, hay tres formas posibles.
Cada una sirve para un momento distinto.

▸ Frente al miedo
Una hora de trabajo real.
Puedes venir una vez,
pero lo que transforma de verdad es volver:
semana a semana, cada quince días, o al mes.
No hay estructura fija.
Hay compromiso.

▸ Servicio técnico del alma
Una sola sesión intensiva de dos horas.
Una revisión profunda para ver qué sigue funcionando
y qué hay que dejar.
Entras, miras todo, sales con dirección.
Sin proceso. Sin vueltas.
Quién está al otro lado
Soy Eugenio. Trabajo Online con parejas en México que ya no discuten por lo mismo, pero siguen igual de lejos. No vengo a mediar, sino a poner claridad donde el amor se volvió ruido.
Si aún dudas, mándame un mensaje o llámame. No para convencerte, sino para ver si este espacio es el que necesitas.
México: dónde estoy y dónde trabajamos
Trabajo desde España en línea, pero muchas de las personas con las que hago sesiones viven en México: en Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Querétaro, Mérida…
Lo que cambia es el lugar desde el que me hablas, la hora a la que nos conectamos, o el acento con el que dices las cosas. Lo que no cambia es la sensación de estar cargando con algo demasiado grande para seguir solo.
Y ahí es donde la distancia deja de importar: porque en la pantalla hay alguien escuchando lo que no sueles decir, haciendo las preguntas que no se hacen en casa, y sosteniendo con vosotros un peso que ya no tiene por qué aplastaros.
Da igual si estás en CDMX, Guadalajara o Madrid: lo que importa no es dónde estés, sino que tengáis un lugar honesto donde podáis hablar sin miedo y sin quedaros atrapados en lo mismo.
Ir directo
Sobre este lugar
→ Quién soy
(No es una empresa. Hay una persona detrás. Aquí puedes ver quién.)
→ Contactar por WhatsApp (+34 659 88 12 63)
(Si no lo tienes claro, puedes escribir directo. No hay robots.)
→ Fuera del Mapa
(Si quieres entender mejor desde dónde se concibe Apegos Posibles.)


