Dependencia emocional
No todo lo que se llama “dependencia” es un problema.
Pero tampoco todo vínculo intenso es amor.
La dependencia emocional es parte de cualquier relación.
Si no te afecta lo que el otro hace o dice, no hay vínculo real.
Otra cosa es cuando esa dependencia te anula, te agota, o te hace justificar lo injustificable.
Y ahí empieza el lío.
Nos han dicho que depender es malo.
Que hay que ser autónomo, que no hay que necesitar.
Y desde ahí, mucha gente vive relaciones que duelen…
pero sin atreverse a decir que lo que les pasa es necesidad.
Lo que vas a encontrar aquí
No vas a encontrar soluciones rápidas.
Ni una fórmula para dejar de sentir.
Esto no va de cortar con todo ni de “quererse más”.
Esto va de distinguir.
Entre una interdependencia afectiva, que fortalece el vínculo sin perderte.
Y una dependencia emocional desregulada, que te deja atrapado en un malestar constante.
Aquí empiezas a ver si lo que estás llamando amor…
es también un miedo a quedarte solo.
¿Por qué importa entender esto?
Porque si no lo ves claro, acabas moviéndote entre dos extremos:
Aguantar por miedo, o cortar de golpe como única salida.
Y entre una cosa y otra…
se te va la vida en relaciones que no te dejan vivir.
¿Te duele demasiado soltar?
¿O ya no sabes cómo quedarte sin perderte?
Empieza por reconocer desde dónde estás eligiendo.
No para etiquetarte.
Sino para decidir con más verdad.
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Test de dependencia emocional
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