Otro patrón de pensamiento perjudicial que te impulsa a guardar las distancias con tu pareja es "ver el gusano en vez de la manzana", es decir, centrarte en todos los defectos de tu pareja en vez de en sus virtudes. Los estudios demuestran que las personas evasivas o evitativas valoran peor a sus parejas que las que no lo son, esta pauta de comportamiento procede de la actitud en general desdeñosa de los evasivos o evitativos hacia la conexión. Cuando sucede algo que contradice su punto de vista, estos tienden a obviar el dato o cuando menos a restarle valor.
Es habitual que una persona de estilo de apego evasivo utilice diversas estrategias de desactivación que le lleven a centrarse en los aspectos negativos de su pareja. Una persona evasiva o evitativa es consciente de las cualidades de su pareja, pero a la vez no puede dejar de pensar en los que considera sus innumerables defectos. De hecho, solamente después de que la relación se rompa, cuando ya no se sienten amenazados por un alto nivel de intimidad, es cuando caen sus mecanismos de defensa. Es entonces cuando pueden ponerse en contacto con los sentimientos de apego que albergan hacia su ex pareja y reconocer las muchas virtudes que tenía.
Existen además dos estrategias la mar de astutas que tal vez estés empleando para boicotearte a ti misma/o en el terreno afectivo sin darte cuenta. Convéncete a ti mismo de que sigues pensando en alguien del pasado y anhelando volver con ella o de que la persona que te conviene está justamente a la vuelta de la esquina y estarás socavando tu propia capacidad de amar. Aferrarse a la idea de la pareja "ideal" es una de las herramientas de evitación más poderosas que se puede usar para mantener al otro a raya. También te permite seguir pensando que a ti no te pasa nada y que el problema lo tiene la persona que está contigo, no da la talla.
Es sencillo deducir que ser evasivo o evitativo no te garantiza una vida emocional autosuficiente, sino más bien una existencia llena de dificultades en lo afectivo, dominada por la represión constante de un poderoso sistema de apego.